Dios llamó dulcemente mi nombre
mientras tomaba mi pequeña manita.
Sabía que sus corazones se romperían,
pero un día lo entenderán.
Porque cuando El lleva a un bebé a casa
No entendemos Su proposito
pero todos Sus grandes misterios
en la próxima vida se mostrarán.
Cuidaré de ti, querida familia
desde mi nuevo hogar aquí arriba,
y aunque me he ido, mi partida
no acabará con nuestro amor.
Mi espíritu está a su alrededor.
Dejen que sus corazones sanen.
Con el tiempo El dulcemente les llamara
y estaremos juntos nuevamente.
Desde el cielo,
Isabella